Thursday, May 1, 2014

Espera prolongada Zingonia Zingone


Espera prolongada

Quizá nunca llegues

quizás el amor

sea precisamente esto:

horizonte luminoso

distante e inalcanzable.

Zingonia Zingone


Monday, April 28, 2014

Zingonia Zingone La Caracola


La caracola

Observo el mundo
desde mi refugio
me asomo y me retiro
sujeto el peso de mi soledad
me muevo en busca de otra ribera
donde calentar mis huesos
y solear mis dudas,
donde acompañar mi nostalgia
con la música de las olas.

Paso a paso me alejo de ti,
paso a paso me acerco más.
Al reventar las sombras
salgo de mi refugio,
la noche canta
bajo un manto de estrellas,
flautas y liras.

En tal serenidad me abandono
hasta advertir que tu primer rayo
traspasa mi túnica de seda.

Retorno triste a mi cueva.
Me encierro bajo la gravedad del deseo
y vuelvo a ser la de siempre,
aquella sinuosa caracola encarcelada.

Zingonia Zingone

Friday, April 25, 2014

XXXIX (YO TE DOY ESTOS VERSOS...) CHARLES BAUDELAIRE


XXXIX

(YO TE DOY ESTOS VERSOS...)

Yo te doy estos versos a fin de que, si mi nombre
Aborda afortunadamente las épocas lejanas,
Y hace soñar una noche los cerebros humanos,
Navío favorecido por un gran aquilón,

Tu memoria, semejante a las fábulas inciertas,
Fatiga al lector como un tímpano,
Y por un fraternal y místico eslabón
Queda como pendiente de mis rimas altivas;

Ser maldito a quien, del abismo profundo
Hasta lo más alto del cielo, nada, fuera de mí, responde;
—¡Oh tú que, como una sombra de rastro efímero,

Hollas con un paso leve y una mirada serena
Los estúpidos mortales que te han juzgado amarga,
Estatua con ojos de jade, gran ángel con la frente de bronce!

CHARLES BAUDELAIRE 1857

XI EL DE LA MALA SUERTE (El artista ignorado.) CHARLES BAUDELAIRE.


XI

EL DE LA MALA SUERTE
(El artista ignorado.)

¡Para levantar un peso tan abrumador,
Sísifo, sería menester tu coraje!
Por más que se ponga amor en la obra,
El Arte es largo y el Tiempo es corto.

Lejos de las sepulturas célebres,
Hacia un cementerio aislado,
Mi corazón, cual un tambor enlutado,
Va, tocando marchas fúnebres.

—Más de una joya duerme amortajada
En las tinieblas y el olvido,
Muy lejos de azadones y de sondas;

Más de una flor despliega con pesar
Su perfume dulce como un secreto
En las soledades profundas.

1852 CHARLES BAUDELAIRE. 

XLIII LA ANTORCHA VIVIENTE CHARLES BAUDELAIRE


XLIII

LA ANTORCHA VIVIENTE

Marchan ante mí, estos Ojos llenos de luces,
Que un Ángel sapientísimo sin duda ha imantado;
Avanzan, esos divinos hermanos que son mis hermanos,
Sacudiendo ante mis ojos sus fuegos diamantinos.

Salvándome de toda trampa y de todo pecado grave,
Conducen mis pasos por la ruta de lo Bello;
Son mis servidores y yo soy su esclavo;
Todo mi ser obedece a esa viviente antorcha.

Encantadores ojos, brilláis con el fulgor místico
Que tienen los cirios ardiendo en pleno día; el sol
Enrojece, pero no extingue su llama fantástica;

Ellos celebran la Muerte, vosotros cantáis el Despertar;
¡Vosotros marcháis entonando el despertar de mi alma,
Astros de los cuales ningún sol puede marchitar la llama!

1854 CHARLES BAUDELAIRE.

Y ERA EL DEMONIO DE MI SUEÑO, EL ÁNGEL ANTONIO MACHADO


Y ERA EL DEMONIO DE MI SUEÑO, EL ÁNGEL

Y era el demonio de mi sueño, el ángel 
más hermoso. Brillaban
como aceros los ojos victoriosos, 
y las sangrientas llamas
de su antorcha alumbraron
la honda cripta del alma. 
-¿Vendrás conmigo? -No, jamás; las tumbas
y los muertos me espantan. 
Pero la férrea mano
mi diestra atenazaba. 
-Vendrás conmigo... Y avancé en mi sueño, 
cegado por la roja luminaria. 
Y en la cripta sentí sonar cadenas, 
y rebullir de fieras enjauladas. 

Antonio Machado



UN FANTASMA (III) El marco CHARLES BAUDELAIRE


UN FANTASMA (III) 

El marco

Así como un bello marco agrega a la pintura,
Bien que ella sea de un pincel muy alabado,
Yo no sé qué de extraño y de encantado
Al distanciarla de la inmensa natura,

Así, joyas, muebles, metales, dorados,
Se adaptaban precisos a su rara belleza;
Nada ofuscaba su perfecta claridad,
Y todo parecía servirle de marco.

Hasta se hubiera dicho a veces que ella creía
Que todo quería amarla; pues ahogaba
Su desnudez voluptuosamente

En los besos de la seda y de la lencería,
Y, lenta o brusca, en cada movimiento
Mostraba la gracia infantil de un simio.

CHARLES BAUDELAIRE