Wednesday, December 18, 2013

CHARLES BAUDELAIRE El enemigo

El enemigo

Mi juventud no fue sino una tenebrosa borrasca,
Atravesada aquí y allá por brillantes soles;
El trueno y la lluvia han hecho tal desastre,
Que restan en mi jardín muy pocos frutos bermejos.

He aquí que he llegado al otoño de las ideas,
Y que es preciso emplear la pala y los rastrillos
Para acomodar de nuevo las tierras inundadas,
Donde el agua orada hoyos grandes como tumbas.

Y ¿quién sabe si las flores nuevas con que sueño
Encontrarán en este suelo lavado como una playa
El místico alimento que haría su vigor?

— ¡Oh, dolor! ¡Oh, dolor! ¡El Tiempo devora la vida,
Y el oscuro Enemigo que nos roe el corazón
Con la sangre que perdemos crece y se fortifica!
CHARLES BAUDELAIRE.

Monday, December 16, 2013

CHARLES BAUDELAIRE Tristezas de la Luna

Tristezas de la Luna

Esta noche, la luna sueña con más pereza;
Tal como una beldad, sobre numerosos cojines,
Que con mano distraída y leve acaricia
Antes de dormirse, el contorno de sus senos,

Sobre el dorso satinado de las muelles eminencias,
Desfalleciente, ella se entrega a largos espasmos,
Y pasea sus miradas sobre las imágenes blancas
Que trepan hasta el azur como floraciones.

Cuando, a veces, sobre este globo, en su languidez ociosa,
Ella deja escapar una lágrima furtiva,
Un poeta piadoso, enemigo del sueño,

En la cavidad de su mano coge esta lágrima pálida,
Con reflejos irisados, como un fragmento de ópalo,
Y la coloca en su corazón lejos de las miradas del sol.

Charles Baudelaire

Charles Baudelaire La Giganta

La giganta 

Cuando Natura en su inspiración pujante
Concebía cada día hijos monstruosos,
Me hubiera placido vivir cerca de una joven giganta,
Como a los pies de una reina un gato voluptuoso.

Me hubiera agradado ver su cuerpo florecer con su alma
Y crecer libremente en sus terribles juegos;
Adivinar si su corazón cobija una sombría llama
En las húmedas brumas que flotan en sus ojos;

Recorrer a mi gusto sus magníficas formas;
Arrastrarme en la pendiente de sus rodillas enormes,
Y a veces, en estío, cuando los soles malsanos,

Laxa, la hacen tenderse a través de la campiña,
Dormir despreocupadamente a la sombra de sus senos,
Como una plácida aldea al pie de una montaña.

Charles Baudelaire



Arthur Rimbaud ¡La hemos vuelto a hallar!

¡La hemos vuelto a hallar!

¡La hemos vuelto a hallar!
¿Qué?, la Eternidad.
Es la mar mezclada
con el sol.
Alma mía eterna,
cumple tu promesa
pese a la noche solitaria
y al día en fuego.
Pues tú te desprendes
de los asuntos humanos,
¡De los simples impulsos!
Vuelas según..
Nunca la esperanza,
no hay oriente.
Ciencia y paciencia.
El suplicio es seguro.
Ya no hay mañana,
brasas de satén,
vuestro ardor
es el deber.
¡La hemos vuelto a hallar!
-¿Qué?- -La Eternidad.
Es la mar mezclada
con el sol.

Arthur Rimbaud

Arthur Rimbaud Primera Velada

Primera velada

Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillas
a la ventana arrimaban,
pícaros, su fronda pícara.
Asentada en mi sillón,
desnuda, juntó las manos.
Y en el suelo, trepidaban,
de gusto, sus pies, tan parvos.
–Vi cómo, color de cera,
un rayo con luz de fronda
revolaba por su risa
y su pecho –en la flor, mosca ,
–Besé sus finos tobillos.
Y estalló en risa, tan suave,
risa hermosa de cristal.
desgranada en claros trinos…
Bajo el camisón, sus pies
–¡Basta, basta!» –se escondieron.
–¡La risa, falso castigo
del primer atrevimiento!
Trémulos, pobres, sus ojos
mis labios besaron, suaves:
–Echó, cursi, su cabeza
hacia atrás: «Mejor, si cabe…!
Caballero, dos palabras…»»
–Se tragó lo que faltaba
con un beso que le hizo
reírse… ¡qué a gusto estaba!
–Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillas
a la ventana asomaban,
pícaros, su fronda pícara.

Arthur Rimbaud

Monday, September 30, 2013

CHARLES BAUDELAIRE Con su vestimenta...

Con su vestimenta...


Con su vestimenta ondulante y nacarada,
Hasta cuando camina, se creería que ella danza,
Como esas largas serpientes que los juglares sagrados
En el extremo de sus bastones agitan con cadencia.

Como las arenas sombrías y el azur de los desiertos,
Insensibles ambos al humano sufrimiento,
Como las prolongadas redes de las olas de los mares,
Ella se desenvuelve con indiferencia.

Sus ojos pulidos están hechos de minerales encantos,
Y en esta naturaleza extraña y simbólica
Donde el ángel inviolado se mezcla a la esfinge antigua,

Donde todo no es más que oro, acero, luz y diamantes,
Resplandece eternamente, cual un astro inútil,
La fría majestad de la mujer estéril.

CHARLES BAUDELAIRE

Saturday, September 28, 2013

CHARLES BAUDELAIRE A una mendiga pelirroja

A una mendiga pelirroja

Blanca muchacha de los cabellos rojizos,
Cuyo vestido por los agujeros
Deja ver la pobreza
Y la belleza,

Para mí, poeta enclenque,
Tu joven cuerpo enfermizo,
Lleno de pecas,
Tiene su dulzura.

Tú llevas más galantemente
Que una reina de romance
Sus coturnos de terciopelo
Tus zuecos burdos.

En lugar de un harapo muy corto,
Un soberbio traje de corte
Arrastra con pliegues rumorosos y largos
Sobre tus talones;

En lugar de medias agujereadas,
Para los ojos taimados
Sobre tu pierna un puñal de oro
Reluce todavía;

Nudos mal ajustados
Desnudan para nuestros pecados
Tus dos hermosos senos, radiantes
Como dos ojos;

Que para desnudarte
Tus brazos se hacen rogar
Y expulsan con golpes vivaces
Los dedos traviesos,

Perlas del más bello oriente,
Sonetos del maestro Belleau
Por tus galantes engrillados
Sin cesar ofrecidos

Chusma de rimadores
Dedicándote sus primores
Y contemplando tu zapato
Bajo la escalera,

Más de un paje enamorado del azar,
Más que un señor y más que un Ronsard
¡Espiaban por diversión
Tu fresco escondrijo!

Tú contabas en tus lechos
Más besos que lises
Y ordenabas bajo tus leyes
¡Más de un Valois!

—Empero tú vas mendigando
Algún viejo mendrugo yaciendo
En el umbral de cualquier Véfour
De la encrucijada;

Tú vas curioseando por debajo
Joyas de veintinueve sueldos
Que yo no puedo, ¡oh, perdón!
Regalarte.

¡Ve, pues, sin otro adorno,
Perfumes, perlas, diamante,
Que tu magra desnudez!
¡Oh, mi belleza!



CHARLES BAUDELAIRE

CHARLES BAUDELAIRE Qué dirás esta noche...

Qué dirás esta noche...

¿Qué dirás esta noche, pobre alma solitaria,
Qué dirás, corazón mío, corazón otrora marchito,
A la hermosísima, a la buenísima, a la carísima,
Cuya divina mirada de pronto te ha reflorecido?

—Emplearemos nuestro orgullo entonando sus loas,
Nada vale la dulzura de su autoridad;
Su carne espiritual tiene el perfume de los Ángeles,
Y su mirada nos reviste con un manto de claridad.

Que así sea la noche y en la soledad,
Que así sea en la calle y entre la multitud,
Su fantasma en el aire danza como una antorcha.

A veces él habla y dice: "Soy bella y ordeno
Que por el amor mío no améis más que lo Bello;
Yo soy el Ángel guardián, la Musa y la Madona".

CHARLES BAUDELAIRE

Monday, September 23, 2013

PAISAJE


Yo quiero, para componer castamente mis églogas,
Acostarme cerca del cielo, como los astrólogos,
Y vecino de los campanarios, escuchar soñando
Sus himnos solemnes arrastrados por el viento.
Las dos manos bajo el mentón, desde lo alto de la bohardilla,

Yo veré el taller que canta y que charla;
Las chimeneas, los campanarios, esos mástiles de la cité,
Y los amplios cielos que hacen soñar con la eternidad.

Es grato, a través de las brumas, ver nacer
Las estrellas en el azur, la lámpara en la ventana,
Los vahos del carbón trepar al firmamento
Y la luna volcar su pálido encantamiento.
Yo veré las primaveras, los estíos, los otoños,
Y cuando llegue el invierno de las nieves monótonas,
Cerraré por todas partes portezuelas y postigos
Para edificar en la noche mis feéricos palacios.
Entonces soñaré con horizontes azulados,
Jardines, surtidores llevando en los alabastros,
Besos, pájaros cantando noche y día,
Y todo cuanto el Idilio tiene de más infantil.
El Motín, atronando vanamente en mi ventana,
No hará levantar mi frente de mi pupitre;
Porque estaré sumergido en esta voluptuosidad
De evocar la Primavera con mi voluntad,
Extraer un sol de mi corazón, y hacer
De mis pensamientos ardientes una tibia atmósfera.

CHARLES BAUDELAIRE

Tuesday, September 17, 2013

CHARLES BAUDELAIRE EL TIRADOR GALANTE

El tirador galante

Cuando el carruaje pasaba por el bosque, mandó parar en las cercanías de un tiro, diciendo que le sería grato tirar unas balas para matar el Tiempo. Matar a ese monstruo, ¿no es la ocupación más ordinaria y más legítima de cada cual? Y ofreció galantemente la mano a su querida, deliciosa y execrable mujer, a aquella mujer misteriosa a quien debía tantos placeres, tantos dolores, y acaso también gran parte de su genio.

Algunas balas fueron a dar lejos del blanco; una, hasta se clavó en el techo, y como la criatura encantadora se echara a reír locamente, burlándose de la torpeza de su esposo, éste se volvió brusco hacia ella, y le dijo: «Mira aquella muñeca, allá, a la derecha, la de la nariz arremangada, de rostro tan altivo. Pues bueno, ángel mío: me figuro que eres tú.» Y, cerrando los ojos, disparó. La muñeca quedó decapitada en seco.

Entonces, inclinándose hacia su querida, su deliciosa, su execrable mujer, su inevitable y despiadada musa, y besándole respetuosamente la mano, añadió: «¡Ay ángel mío, cuánto te agradezco mi habilidad!»

Charles Baudelaire


Monday, September 16, 2013

CHARLES BAUDELAIRE LA PLEGARIA DE UN PAGANO

La plegaria de un pagano

No dejes morir tus llamas;
Caldea mi sordo corazón,
¡Voluptuosidad, cruel tormento!
Diva! supplicem exaudî!

Diosa en el aire difundida,
Llama de nuestro subterráneo,
Escucha a un alma consumida
Que alza hacia ti su férreo canto,

¡Voluptuosidad, sé mi reina!
Toma máscara de sirena
Hecha de carne y de brocado,

O viérteme tus hondos sueños
En el licor informe y místico,
¡Voluptuosidad, fantasma elástico!


Charles Baudelaire


CHARLES BAUDELAIRE DE PROFUNDIS CLAMAVI

De profundis clamavi

Imploro tu piedad, Tú, el único que yo amo,
Desde el fondo del abismo oscuro donde mi corazón ha caído.

Es un universo triste de horizonte plúmbeo,
Donde flotan en la noche el horror y la blasfemia;

Un sol sin calor se cierne por encima seis meses,
Y los otros seis la noche cubre la tierra;
Es un lugar más desnudo que la tierra polar;
— ¡Ni bestias, ni arroyos, ni verdor, ni bosques!

Pues bien, no hay horror en el mundo que supere
La fría crueldad de este sol de hielo
Y esta inmensa noche semejante al viejo Caos;

Envidio la suerte de los más viles animales
Que pueden sumergirse en un sueño estúpido,
¡A tal punto la madeja del tiempo lentamente se devana!

Charles Baudelaire


CHARLES BAUDELAIRE Reversibilidad

Reversibilidad

Ángel lleno de gozo, ¿sabes lo que es la angustia,
La culpa, la vergüenza, el hastío, los sollozos
Y los vagos terrores de esas horribles noches
Que al corazón oprimen cual papel aplastado?
Ángel lleno de gozo, ¿sabes lo que es la angustia?

Ángel de bondad lleno, ¿sabes lo que es el odio,
Las lágrimas de hiel y los puños crispados,
Cuando su infernal voz levanta la venganza
Ven capitán se erige de nuestras facultades?
Ángel de bondad lleno: ¿sabes lo que es el odio?

Ángel de salud lleno, ¿sabes lo que es la Fiebre,
Que a lo largo del muro del lechoso hospital,
Como los exiliados, marcha con pie cansino,
En pos del sol escaso y moviendo los labios?
Ángel de salud lleno, ¿sabes lo que es la Fiebre?

Ángel de beldad lleno, ¿sabes de las arrugas?
¿Y el miedo a envejecer, y ese odioso tormento
De leer el secreto horror del sacrificio
En ojos donde un día los nuestros abrevaron?
Ángel de beldad lleno, ¿sabes de las arrugas?

¡Ángel lleno de dicha, de luz y de alegría!
David agonizante curación pediría
A las emanaciones de tu cuerpo hechicero;
Pero de ti no imploro, ángel, sino plegarias,
¡Ángel lleno de dicha, de luz y de alegría!

Charles Baudelaire


CHARLES BAUDELAIRE EL LETEO

EL LETEO 

Ven a mi pecho, alma sorda y cruel, 
Tigre adorado, monstruo de aire indolente; 
Quiero enterrar mis temblorosos dedos 
En la espesura de tu abundosa crin; 

Sepultar mi cabeza dolorida 
En tu falda colmada de perfume 
Y respirar, como una ajada flor, 
El relente de mi amor extinguido. 

¡Quiero dormir! ¡Dormir más que vivir! 
En un sueño, como la muerte, dulce, 
Estamparé mis besos sin descanso 
Por tu cuerpo pulido como el cobre. 

Para ahogar mis sollozos apagados, 
Sólo preciso tu profundo lecho; 
El poderoso olvido habita entre tus labios 
Y fluye de tus besos el Leteo. 

Mi destino, desde ahora mi delicia, 
Como un predestinado seguiré; 
Condenado inocente, mártir dócil 
Cuyo fervor se acrece en el suplicio. 

Para ahogar mi rencor, apuraré 
El nepentes³ y la cicuta amada, 
del pezón delicioso que corona este seno 
el cual nunca contuvo un corazón.

CHARLES BAUDELAIRE

Thursday, September 12, 2013

CHARLES BAUDELAIRE Alegoría

Alegoría

Es una mujer hermosa y de rica prestancia,
Que deja en el vino arrastrar su cabellera.
Las zarpas del amor, los venenos del garito,
Todo se desliza y embota en el granito de su piel.

Ella se ríe de la Muerte y burla del Libertinaje,
Esos monstruos cuya mano, que siempre araña y rasga,
En sus juegos dañinos y, sin embargo, respetada
De su cuerpo firme y erecto la ruda majestad.
Camina como diosa y reposa cual sultana;
Pone en el placer la fe mahometana,
Y con sus brazos abiertos, que abarcan sus pechos,
Atrae las miradas de los seres humanos.
Ella cree, ella sabe, esta virgen infecunda,
Y, por consiguiente, necesaria para la marcha del mundo,
Que la belleza del cuerpo es un sublime don
Que de toda infamia arranca el perdón.
Ignora el Infierno tanto como el Purgatorio,
Y cuando la hora llegue de entrar en la Noche negra,
Ella mirará el rostro de la Muerte,
Como a un recién nacido, —sin odio y sin remordimiento.


CHARLES BAUDELAIRE

Monday, September 9, 2013

CHARLES BAUDELAIRE El sueño de un curioso

El sueño de un curioso

¿Conoces, como yo, el dolor sabroso?,
Y de ti haces decir: "¡Oh, que hombre singular!"
-Iba yo a morir. Era aquello en mi alma amorosa,
Deseo mezclado al horror, un mal particular;

Angustia y viva esperanza, sin humor ficticio.
Cuanto más se vaciaba la fatal ampolleta,
Más áspera y deliciosa era mi tortura;
Todo mi corazón se desprendía del mundo familiar.

Me sentía cual el niño ávido del espectáculo,
Aborreciendo el telón como se odia un obstáculo...
Finalmente la verdad fría se reveló:

Estaba yo muerto, inesperadamente, y la famosa aurora
Me envolvía.— Y, ¿qué? Entonces, ¿no es más que esto?
La cortina se había alzado y yo esperaba todavía.

Charles Baudelaire

Sunday, September 8, 2013

CHARLES BAUDELAIRE A LA QUE ES DEMASIADO ALEGRE

A LA QUE ES DEMASIADO ALEGRE

Tu cabeza, tu gesto, tu aire
Como un bello paisaje, son bellos;
Juguetea en tu cara la risa
Cual fresco viento en claro cielo.

El triste paseante al que rozas
Se deslumbra por la lozanía
Que brota como un resplandor
De tus espaldas y tus brazos.

El restallante colorido
De que salpicas tus tocados
Hace pensar a los poetas
En un vivo ballet de flores.

Tus locos trajes son emblema
De tu espíritu abigarrado;
Loca que me has enloquecido,
Tanto como te odio te amo.

Frecuentemente en el jardín
Por donde arrastro mi atonía,
Como una ironía he sentido
Que el sol desgarraba mi pecho;

Y el verdor y la primavera
Tanto hirieron mi corazón,
Que castigué sobre una flor
La osadía de la Naturaleza.

Así, yo quisiera una noche,
Cuando la hora del placer llega,
Trepar sin ruido, como un cobarde,
A los tesoros que te adornan,

A fin de castigar tu carne,
De magullar tu seno absuelto
Y abrir a tu atónito flanco
Una larga y profunda herida.

Y, ¡vertiginosa dulzura!
A través de esos nuevos labios,
Más deslumbrantes y más bellos,
Mi veneno inocularte, hermana.

CHARLES BAUDELAIRE


CHARLES BAUDELAIRE LA FUENTE DE SANGRE

LA FUENTE DE SANGRE

Me parece a veces que mi sangre corre a raudales,
Cual una fuente con rítmicos sollozos.
La escucho bien que corre con un prolongado murmullo,
Pero, me palpo en vano para encontrar la herida.

A través de la ciudad, como en un campo cercado,
Se marcha, transformando los adoquines en islotes,
Saciando la sed de cada criatura,
Y en todas partes colorando de rojo la natura.

He implorado frecuentemente a los vinos capitosos
Adormecieran sólo un día el terror que me consume;
¡Qué el vino hace ver más claro y afina más el oído!

He buscado en el amor un sueño olvidadizo;
Mas el amor no es para mí sino un colchón de agujas
¡Hecho para dar de beber a esas crueles mujeres!


CHARLES BAUDELAIRE



CHARLES BAUDELAIRE El Vampiro

EL VAMPIRO

Tú que, como una cuchillada,
En mi corazón doliente has entrado;
Tú que, fuerte como un tropel
De demonios, llegas, loca y adornada,

De mi espíritu humillado
Haces tu lecho y tu imperio,
—Infame a quien estoy ligado,
Como el forzado a la cadena,

Como al juego el jugador empedernido,
Como a la botella el borracho,
Como a los gusanos la carroña,
— ¡Maldita, maldita seas!

He implorado a la espada rápida
La conquista de mi libertad,
Y he dicho al veneno pérfido
Que socorriera mi cobardía.

¡Ah! El veneno y la espada
Me han desdeñado y me han dicho:
"Tú no eres digno de que te arranquen
De tu esclavitud maldita,

¡Imbécil! — de su imperio
Si nuestros esfuerzos te libraran,
Tus besos resucitarían
El cadáver de tu vampiro!"

CHARLES BAUDELAIRE

Saturday, September 7, 2013

José Angel Buesa Poema del olvido

Poema del olvido 

Viendo pasar las nubes fue pasando la vida,
y tú, como una nube, pasaste por mi hastío.
Y se unieron entonces tu corazón y el mío,
como se van uniendo los bordes de una herida.

Los últimos ensueños y las primeras canas
entristecen de sombra todas las cosas bellas;
y hoy tu vida y mi vida son como estrellas,
pues pueden verse juntas, estando tan lejanas...

Yo bien sé que el olvido, como un agua maldita,
nos da una sed más honda que la sed que nos quita,
pero estoy tan seguro de poder olvidar...

Y miraré las nubes sin pensar que te quiero,
con el hábito sordo de un viejo marinero
que aún siente, en tierra firme, la ondulación del mar.

José Angel Buesa  

GABRIELA MISTRAL BESOS

BESOS

Hay besos que pronuncian por sí solos 
la sentencia de amor condenatoria, 
hay besos que se dan con la mirada 
hay besos que se dan con la memoria. 

Hay besos silenciosos, besos nobles 
hay besos enigmáticos, sinceros 
hay besos que se dan sólo las almas 
hay besos por prohibidos, verdaderos. 

Hay besos que calcinan y que hieren, 
hay besos que arrebatan los sentidos, 
hay besos misteriosos que han dejado 
mil sueños errantes y perdidos. 

Hay besos problemáticos que encierran 
una clave que nadie ha descifrado, 
hay besos que engendran la tragedia 
cuantas rosas en broche han deshojado. 

Hay besos perfumados, besos tibios 
que palpitan en íntimos anhelos, 
hay besos que en los labios dejan huellas 
como un campo de sol entre dos hielos. 

Hay besos que parecen azucenas 
por sublimes, ingenuos y por puros, 
hay besos traicioneros y cobardes, 
hay besos maldecidos y perjuros. 

Judas besa a Jesús y deja impresa 
en su rostro de Dios, la felonía, 
mientras la Magdalena con sus besos 
fortifica piadosa su agonía. 

Desde entonces en los besos palpita 
el amor, la traición y los dolores, 
en las bodas humanas se parecen 
a la brisa que juega con las flores. 

Hay besos que producen desvaríos 
de amorosa pasión ardiente y loca, 
tú los conoces bien son besos míos 
inventados por mí, para tu boca. 

Besos de llama que en rastro impreso 
llevan los surcos de un amor vedado, 
besos de tempestad, salvajes besos 
que solo nuestros labios han probado. 

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible; 
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos 
y en los espasmos de emoción terrible, 
llenáronse de lágrimas tus ojos. 

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso 
te vi celoso imaginando agravios, 
te suspendí en mis brazos... vibró un beso, 
y qué viste después...? Sangre en mis labios. 

Yo te enseñé a besar: los besos fríos 
son de impasible corazón de roca, 
yo te enseñé a besar con besos míos 
inventados por mí, para tu boca.

Gabriela Mistral

ALEQS GARRIGÓZ EL AMOR ES MÁS FRÍO QUE LA MUERTE

EL AMOR ES MÁS FRÍO QUE LA MUERTE 

El amor es un viento que te quiebra 
como un golpe violento a un delgado cristal, 
o una estalactita que se va clavando en tu pecho 
segundo a segundo a segundo a segundo. 
Es también, un ronco metal que te aplasta 
o las vías de un tren que no conducen a ningún lado. 

Hay veces que buscas tu pulso 
y preguntas –¿estoy vivo? 
porque el susurro de los pasos más tibios 
va cruzando la lejanía; tan lejos, tan lejos, 
donde el horizonte se vuelve un filo inapelable. 

Hay veces que plegado en ti mismo, 
como una flor colmada de rocío, 
piensas en una ternura inadmisible, en un beso 
o en un adiós que el ojo no lloró; 
y las ventanas se van tapiando de escarcha 
y la cama se erige en un témpano de hielo humeante 
y la alcoba se torna en congelador de carniceros. 
Pero afuera se siguen abriendo de Primavera las flores 
y los días trascurren para otros 
benignos, cálidos, aromados. 

Hay veces, muchas veces; suficientes veces. 

Y el corazón late ya a penas, endureciéndose o derritiéndose, 
lo mismo que un puñado de granizo. 

Frías son las incesantes búsquedas del ahínco 
y de la incertidumbre los laberintos abstrusos. 

Y es más frío aún, el amor, 
que la muerte.

ALEQS GARRIGÓZ  

MARCELO VILLA NAVARRETE VI

VI 
En mis manos usted devenía en pluma, en camelia, en bolsa de té. De cada beso usted huía mas quedaba su sonrisa. Y una vez, la última, usted entró, buscó refugio en mis costillas. Corrí aullando entre campanarios y bocinas de automóviles: la sangre hervía y ya era tarde, siempre fue tarde: usted bebió silencio y no resbaló de mí. 

MARCELO VILLA NAVARRETE

Alexis Cuzme Podemos mentirle al placer

Podemos mentirle al placer

Sigilosamente
la tarde arrebata desencantos.
Creer en tu sexo,
en su frescura,
sonoridad,
es común y agotador.
Zozobra el artificio,
pero podemos mentirle al placer.
Amor, 
tus glúteos encierran otra forma de vitalidad.

Alexis Cuzme 


Rocío Soria Él (11)

Él (11)

Seres inanimados pueblan su cuerpo por dentro
está hecho de miles de ellos
está hecho de las repeticiones de sus propios gestos y lloros
tantos que le es imposible encontrarse la cara con la mano y secarse
los ojos.

Seres inanimados pueblan su costumbre,
tiene espejos atravesándole la columna vertebral,
se apoya pero no lo lamenta,
se acarrea en su soledad sórdida
de un lado hacia otro
con una inexplicable picazón en las ventanas.

Una canción oscura vive en el fondo de sus ojos,
como terminando de alucinar
con el ángulo homicida empotrado en alguno de sus enfisemas.

Ha olvidado abierto uno de los cajones dentro de su cabeza,
y es como si una fruta rodara para perderse
debajo de algún sillón.
Y ningún ángel le guardara fidelidad.

Rocío Soria 

Hasta mañana Mario Benedetti

Hasta mañana

Voy a cerrar los ojos en voz baja 
voy a meterme a tientas en el sueño. 
En este instante el odio no trabaja 
para la muerte que es su pobre dueño 
la voluntad suspende su latido 
y yo me siento lejos, tan pequeño 

que a Dios invoco, pero no le pido 
nada, con tal de compartir apenas 
este universo que hemos conseguido 

por las malas y a veces por las buenas. 
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo 
que este mundo de muerte a manos llenas? 

Mi pesadilla es siempre el optimismo: 
me duermo débil, sueño que soy fuerte, 
pero el futuro aguarda. Es un abismo. 

No me lo digan cuando me despierte.

Mario Benedetti 

Ay del sueño Mario Benedetti


Ay del sueño
si sobrevivo es ya borrándome
ya desconfiado y permante
y tantas veces me hundo y sueño
muslo a tu muslo
boca a tu boca
nunca sabré quién sos

ahora que estoy insomne
como un sagrado
y permanezco
quiero morir de siesta
muslo a tu muslo
boca a tu boca
para saber quién sos

Ay del sueño
con esta poca alma a destajo
soñar a nado tiernamente
así me llamen permanezco
muslo a tu muslo
boca a tu boca
quiero quedarme en vos

MARIO BENEDETTI