Friday, January 10, 2014

ALquimia del dolor CHARLES BAUDELAIRE

Alquimia del dolor

Este te enciende en su esplendor
y te hace aquél llorar, Natura:
lo que uno grita: Sepultura!,
al otro grita: Luz y amor!

Dolor, gran Hermes que me asistes;
por ti yo soy igual, dolor,
al viejo Midas, el mayor
entre los alquimistas tristes.

Por ti yo cambio el oro en hierro,
el paraíso en negro encierro;
el sol poniente, cada día

por ti me finge una agonía,
y si los cielos miro, creo
ver un inmenso mausoleo.

Charles Baudelaire.

El viajero de sí mismo Pablo de Rokha.

El viajero de sí mismo:

Voy pisando cadáveres de amantes
y viejas tumbas llenas de pasado,
cubierto con cabello horripilante
del gran sepulcro universal tragado.


Acumulo mi yo exorbitante
y mi ilusión de Dios ensangrentado,
pues soy un espectáculo clamante
y un macho-santo ya desorbitado.

Mi amor te muerde como un perro de oro,
pero te exhibe en sus ancas de oro.
Wínétt, como una flor de extranjería.

Porque sin ti no hubiera descubierto
como una jarra de agua en el desierto
la mina antigua de mi poesía.

Pablo de Rokha.


ZOZOBRA Fermín H. Sandoval

Zozobra 

Me quedaré sin palabras, como una piedra o como el viento...
En silencio me guardo mis ganas y me pierdo en los sueños
Ahora camino, ahora espero... necesito de agua...
Tengo puertas cerradas, las mentes... sin ideas, estériles...
Como un accidente en la madrugada…

He de quererte ¿por qué he de hacerlo?
Hay una flor en tu alma, desconocida…
En espera, como un grito, una voz...
La razón del llanto
El sentimiento curtido día tras día.

Las emociones, quien las conoce y las deja fluir...
Abre una puerta a la vida que traslucen,
a la belleza que aprisionan...
a la cura que desmantelan...
aprisiona y perturba…

Fermín H. Sandoval 


CORAZONES TATUADOS JORGE MARTILLO MONSERRATE Guayaquil 1957

Corazones Tatuados


III

La noche se ha ido,
ha quedado un poco de muerte,
ella besa mi boca instalando ceniza.
Sé que aunque beba, la ceniza no me abandonará,
estará recordándome que existen diversas formas de
muerte.
Debería quemar mis naves
y hundirme.

IV

Oh Dios que sigues mis pasos,
que pisas mi sombra y no me dejas avanzar,
que me lanzas tu aliento
y no me permites respirar,
que invades mis sueños como mariposas
que en pesadillas me regalas rosas negras para morir
y polvo de estrellas para conocer del amor el rubor de la fruta
que confundes mi discurso,
que garabateas mis versos,
que oxidas mi vida.

Oh Dios que sigues mis pasos,
deja que corra desnudo tras el goce,
deja que muera ebrio,
deja que caiga al pozo donde me aguarda mi sombra.


CORAZONES TATUADOS JORGE MARTILLO MONSERRATE Guayaquil 1957

CORAZONES TATUADOS

I

Oh Dios atiende mis plegarias, escúchame, cree en mí.
Sé que eres ruin, aún así envío mis plegarias a tus
desdenes.

Soy como el demente observando fantasmas que nada más
él ve,
así sin decir jamás una palabra,
navegando en el mal tiempo.
Esperando a que caiga la noche para conversar con la luna,
mirándola como un gusano que se asoma de su fosa al
mundo.

Sé que ese fantasma habla y se desplaza luminoso como
un cometa.
Oh Dios atiende mis plegarias, escúchame, cree en mí.

II

Nosotros también éramos monstruos bajo los almendros,
la tarde se metía en nuestros cuerpos,
era como un sorbo de veneno.
Los monstruos desfilaban,
daban vueltas,
les inventábamos historias.

¿Cuál era nuestra historia,
qué maldición nos condenó?
Seguramente el desamor,
y esa sed de amar hasta morir intoxicados.

Nosotros también éramos monstruos bajo los almendros,
la única diferencia era que nuestras heridas estaban cubiertas,
pero bajo costras,
fluía la sangre,
hedía la pus
y el dolor gritaba.